miércoles, 29 de agosto de 2012

POR TUS MALDITOS CELOS



Yo vi morir el amor, cuando caminaba en la fría noche de aquel día

Vi morir el amor, cuando supe que estabas lejos y quizá ausente.

Vi morir el amor, cuando aquella canción de los dos, dejó de vibrar en mi pecho.

Vi morir el amor, cuando sentado junto al teléfono esperaba la llamada que nunca llegaría

Vi morir el amor, cuando paseaba por aquellos rincones de nuestro pasado y me di cuenta que tus abrazos ya no me acompañaban.

Aquel amor frio y ausente, ahora descansa bajo una cruz de mármol, solo una foto es testigo del pasado, pero ahora en mi mente, solo vive esa tragedia que nos separó aquel día. Recuerdos que no dejan de rondar en mi mente....




El sonido de las cajas, las voces de los niños exigiendo dulces o juguetes, y los diálogos simples de los cajeros ofreciendo promociones, era lo que se escuchaba en aquel centro comercial. El bullicio era aún más fuerte por ser día sábado y principio de quincena.

En este centro se encontraba Aneth y Su novio Javier, ellos llevaban cerca de 4 años de relación, y a pesar de tener discusiones ocasionales por los celos de Javier, su noviazgo no tenía mayores problemas.
Estás segura que ya no falta nada? Ya casi llegamos a la caja?

Assh espera si, se me olvido el papel, no tardo.


En el camino, Aneth vio el artículo que buscaba, en el carrito de otro cliente..

Hola! Oye donde encuentro estos?

eh?  Oh si disculpa, si, están pasando el siguiente anaquel a la izquierda

Gracias!!

Entonces ambos compradores se despidieron con una sonrisa;  y Javier pudo ver esta escena desde su lugar. A él le molestaba que ella siempre fuera tan alegre y sociable, aún con desconocidos.


Ya, ya los encontré....    qué?


….Y porque esa sonrisa?


Cómo?


Ósea lo conoces?   Pues te hubieras quedado a platicar con él entonces

mmm ya vas a empezar?

No, nada más digo, que vienes conmigo no?


“Encontró todo lo que buscaba?”

ah! si gracias


Saliendo del centro comercial, la pareja lucia un poco molesta, para Aneth ya era más que común aquellos desplantes de celos por parte de Javier, pero aún así jamás se había acostumbrado a ellos. El viaje a la casa de Aneth sería casi en completo silencio, la conversación solo versaría en la discusión de algunos precios o futuras compras de artículos electrónicos.

Al llegar a la casa, las cosas ya se habían calmado; ahora ellos quedarían en verse en la noche para celebrar sus 4 años de noviazgo, cosa que habían planeado desde hacia algunas semanas atrás.

..Bueno amor, entonces a qué hora paso por ti?

 Mmm pues a las 8 está bien
 

..Bueno, a las 8 paso por ti.


Al acercarse la noche, Aneth ya se arreglaba para salir a celebrar, miraba su guardarropa y aunque había varios atuendos que le encantaban, sabía que su novio tan celoso, no dudaría en cuestionar su provocativo atuendo, pero aún así decidió ponerse el vestido blanco que se había comprado la semana pasada.

El coche ya estaba en la puerta, y el celular de ella empezó a sonar, el mensaje decía:

“Ya estoy abajo amor, no tardes”

Ella salió velozmente de su habitación, no sin antes verse por última vez en el espejo y tomando su suéter azul cielo, cerró la puerta de su cuarto y antes de salir de su casa, se despidió de su mama, quien se encontraba en la cocina.

“Ya me voy maa”

hay hija, te cuidas y por favor no lleguen muy tarde, que en la noche está muy feo por acá.


No te preocupes ma, llevamos carro

Pues si, pero.. bueno, ya váyanse que si no se les hace más tarde, y ponte el suéter que afuera está haciendo mucho frio!

Ashh ma, ya me voy, te quiero mucho bye!


Ella salió de la casa, y se subió al coche. Juntos se irían a un salón de baile ubicado en calzada de Tlalpan, al llegar, el lugar luciría casi abarrotado pero aún así eso no impediría que la pareja intentara pasar un buen rato.

Después de un tiempo y debido al calor que había en el lugar, Aneth se quitaría el suéter que llevaba, y anticipándose a los comentarios que vendrían de Javier, le dijo:

“Que? No te gusto?”
      
 Lo que desarmaría al celoso novio de cualquier comentario en contra de su provocativo atuendo. Él simplemente le dijo:

ehh.. Si, estas hermosa.

Las horas pasaban y a pesar de la insistencia de Aneth para que Javier dejara de tomar, él cada vez se ponía más ebrio.

Ya sabes cómo te pones, ya no tomes, acuérdate que me tienes que ir a dejar y yo ni se manejar..
 Ahorita vengo, voy al baño.

En su Camino al baño, ella se encontró con un muchacho que intento entablar una plática con ella, pero cortésmente le dio a entender que no estaba interesada y siguió su camino, nuevamente Javier fue testigo de esto y como era de esperarse su coraje no se hizo esperar, solo que esta vez optó por quedarse en su lugar y pedir otra cerveza.
A los pocos minutos regreso del baño y ante el ceño fruncido de su novio, le pregunto:

Y ahora que tienes?

Nada!, voy al baño, ahorita vengo….

Entre tambaleos y un andar zigzagueante, Javier se dirigió al baño.   
Allí mismo se encontró con quien minutos antes le había intentado hacer la platica a su novia, a pesar de su vista borrosa pudo reconocerlo y solo se le ocurrió decirle:

“Y TU QUE CHINGADOS LE HABLAS A MI VIEJA?!”

Las cosas a partir de ese momento no pintarían nada bien, aquella discusión de bar, pronto se convertiría en algo más que eso.

Mientras tanto, Aneth ya esperaba impaciente a su pareja, sentada junto a la barra principal del bar, en su mano lo que sería el último vaso de cerveza de la noche.
De pronto, el interior de su bolso empezó a sonar….

Ma?

Hija como están, ya vienen para aca?

No te preocupes mami, ya en un rato estamos de regreso, yo creo que en unas 2 horas más o menos andamos por allá.

Ella simplemente cuelga, y decide esperar a Javier para pedirle que se vayan..
Pero algo ocurre, a partir de este momento, la memoria de Aneth se ve totalmente alterada….
Ella se encuentra sentada en un banca, de la agencia del MP; Tlalpan 1, portando un vestido blanco con evidentes manchas de sangre, un suéter azul cielo y zapatillas blancas con abundante liquido hemático, su semblante esboza una mirada perdida, como si no supiera que es lo que está pasando, o donde se encuentra.

Su declaración es limitada y carente de detalles, detalles que pareciera no recordar, o simplemente no querer recordar.

Por suerte, para entender esta misteriosa tragedia, hay varias declaraciones de testigos, policías y paramédicos que reseñan lo ocurrido después de esa última llamada….
“En el baño escuche a unas personas discutiendo, y como que uno empezó a empujar al otro y se escuchaba como si tiraran cosas, y vi que el otro saco algo de su pantalón”

“Refiere que cuando Salió del baño vio que había sangre en el piso del baño, y en la esquina junto al espejo del mismo, también que pudo ver una navaja metálica color dorada, y color madera, la cual presentaba manchas al parecer de sangre sobre el filo de la misma”
“Yo iba llegando, y vi que una mujer de unos 20-25 años, con un vestido blanco, traía cargando a una persona que venía sangrando mucho por su camisa, de la parte del abdomen”  
Aneth por su parte, solo se dedica a mirar al vacio, observa a la gente mientras ellos tratan de imaginar que es lo que le ha pasado, miradas y susurros indiscretos la rodean en aquel frio y hostil lugar.
De pronto ella se esconde y se lleva las manos a la cabeza, se jala el pelo como si quisiera arrancárselo, y suelta unos sollozos con desesperación….
En esos momentos ella esta recordando….
….
….
 --No te preocupes mami, ya en un rato estamos de regreso, yo creo que en unas 2 horas más o menos andamos por allá.
Está bien hija, ya me voy a dormir, te veo en la mañana.
En aquellos momentos el ruido de la música oculta lo que está ocurriendo, ella observa cómo la gente comienza a dirigirse a la entrada del baño, pero no entiende que es lo que ocurre. Varias personas mueven los brazos como si quisieran avisarle al encargado del sonido que baje el volumen.

Algo grave esta ocurriendo, y teme que algo le haya pasado a Javier.
Solo toma su bolso y se dirige a la escena. Entre gritos y empujones logra atravesar la barricada humana que le impide llegar a la causa de tan fuerte alboroto.
Al llegar y empujar a la última persona, ella logra ver una escena que nunca olvidara….
En medio de aquella multitud, se encuentra Javier.
Su novio que ahora se encuentra en el piso junto a un charco de sangre, casi semiinconsciente.
Ella en su desesperación intenta sacar de allí a su novio, una persona de complexión robusta y de casi 1.80m, mientras ella de solo 1.55m y bastante delgada logra levantarlo y cargarlo por los hombros, sale por la puerta de aquel lugar y comienza a gritar y a pedir ayuda.

Pero su vestido ensangrentado, y su novio moribundo son sus únicos acompañantes, son las 2 de la madrugada y los automovilistas solo se detienen para verla, pero cuando ella se acerca a sus ventanillas pensando que la ayudarán, ellos aceleran velozmente,.. alejándose.
Ahora ella está sola, nadie, ni los asistentes a aquel salón se acercan para ayudarla..
Cansada y desesperada recuesta a su novio en la banqueta, quien tiene su camisa totalmente llena de sangre, ella por su parte, intenta inútilmente parar la hemorragia de su abdomen con sus manos. Al ver lo inevitable, Aneth lo abraza y desesperadamente le grita:


“NO TE MUERAS, POR FAVOR NO TE MUERAS!!”

“POR FAVOR….”   

“AMOR?”

“ME ESCUCHAS..!?”


Después de varios y agonizantes minutos, aparece una ambulancia, por lo que de inmediato tratan de estabilizarlo y lo suben junto con Aneth, para dirigirse al hospital Manuel Gea Gonzales al área de emergencias, que se encuentra cerca del lugar.
Entonces espera impaciente en la sala de espera, y con la esperanza de que todo estará bien, no desea otra cosa, ella solo desea irse de allí y que su mama no descubra su ausencia a la casa. Entonces un doctor se le acerca y le dice:

Buenas noches, le puedo ofrecer un café?

ella acepta y mientras lo toma, trata de relajarse un poco, pero después de unos cuantos sorbos, ella le pregunta:

Como esta?

“Mire, cuando llego ya había perdido mucha sangre, tratamos de estabilizarlo, pero ya era demasiado tarde, lo siento mucho, no había nada que pudiéramos hacer….” 
De pronto Aneth cambia su semblante, se muestra casi indiferente y no contesta una sola palabra. Ella sigue con su café mientras ve a la gente que sigue ingresando al hospital.
A los pocos minutos un policía se le acerca y le dice que tiene que ir a la delegación Tlalpan 1 que esta a unas cuadras de allí, y que no le tomara más que unos minutos y que debe hacer allí algunos trámites y proporcionar algunos datos generales.

Ella accede y no cuestiona a que trámites se refiere el oficial, simplemente desea salir de allí lo antes posible
Y en la agencia permanece en aquella banca por varias horas, hasta que llegan familiares de Javier y su madre….

Días más tarde ella descubre que la persona que había agredido a su novio ya habia sido detenido, y que era la misma que la había saludado aquella noche en el salón cuando se dirigió al baño.

Supo de inmediato que fueron los celos de Javier los que provocaron tan innecesaria pelea, donde él habría de perder la vida.

En el sepelio Aneth luce devastada, aquella sonrisa tan espontanea que la caracteriza se ha esfumado totalmente, su ausencia de maquillaje hace  lucir unas marcadas ojeras, y tiene los ojos hinchados, señal de que la noche anterior solo lloraba, pensando.


….recordando.

Ella jamás volvería a ser la misma, y solo regresaría para ver esa pesada cruz de mármol, donde estaba quien habría sido el amor de su vida, su pareja por 4 años, su confidente, su amigo.

Ahora nada de eso ya existía, solo bellos momentos entremezclados con tragedia eran lo único que habitaba su mente, una mente que simplemente ya no podía más. Para ella estar sin él simplemente ya no era vida, la soledad era lo único que ahora la acompañaba, y el recuerdo del ausente que jamás volvería.


“POR QUE ME HICISTE ESTO….POR QUE !?!?”



“POR TUS MALDITOS CELOS!!!!”


Hay veces que la tragedia simplemente aparece y no podemos evitarlo….
Pero hay ocasiones donde nosotros provocamos las tragedias, aquellas que eran obvias, aquellas que son provocadas por errores, a veces errores simples, errores simples que destruyen a familias enteras….
Morir es la cosa más fácil y sencilla del mundo, y la más egoísta también.
Por eso es bueno, a veces, esforzarse un poco…. ADO

miércoles, 23 de mayo de 2012

DAÑOS COLATERALES Una visión de la guerra contra el narcotráfico

Alguno de ustedes ha escuchado eso que algunos llaman: la guerra contra el narcotráfico y se ha preguntado acerca de los 50000 muertos debido a esta?

Bueno, el panorama es ya de por sí muy ríspido al hablar de cifras, pero para objetivizar esto, no encuentro mejor forma de hacerlo.

En primer punto, como es que la violencia y las ejecuciones han aumentado de forma tan elevada en esta época para llegar a más 50000 ejecuciones?

De entrada y para que entendamos estas cifras, sería como si la mitad del estadio azteca se llenara de cadáveres y cuerpos mutilados; una imagen tan dantesca, que solo  Alighieri podría describirla mejor. El problema es que esta imagen si es real; de este tamaño es el problema, y efectivamente este caos no tiene su origen en este reciente gobierno panista, eso si hay que aclararlo categóricamente, y a pesar de que las cifras contradigan esta afirmación hay una explicación relativamente simple para esto, y que ahondaré un poco más adelante.

Una buena pregunta sería: ¿el gobierno mata gente?

Si la pregunta fuera hecha durante nuestro pasado gobierno priista yo tendría que decir:
 PUES CLARO QUE SI, y os podría de ejemplo algunas como:

La masacre estudiantil de 1968

La masacre estudiantil de 1971

La matanza de Acteál de 1997

La matanza de Ocosingo de 1994

La matanza de Aguas Blancas de 1995

Y honestamente podría continuar y continuar con esta lista, ya que de hecho es muy, muy amplia pero no es el caso de esta nota.

Evidentemente el gobierno priista ha tenido al menos 70 años para perfeccionar el arte de matar a sus detractores y salirse con la suya; recuerdan a los estudiantes asesinados en 68 y 71?

Si bien las cifras de muertos jamás fueron dadas a conocer (ni se darán), lo que nadie recuerda es: donde están los cuerpos?.

Bueno, a pesar de que la historia de las matanzas en México empezó con el carismático genocida Hernán Cortés, en Cholula, nuestro gobierno tricolor se las ideo por años y años para perfeccionar este arte de no dejar testigos ni evidencias; como el retiro de cuerpos y la limpieza de Tlatelolco aquel 2 de octubre.

Acaso solo los asesinos seriales son tan escrupulosos?

Sep, lo inconveniente es que algunos de estos han sido nuestros presidentes….


Y si bien ya recordamos algunas pocas de las matanzas orquestadas por nuestro gobierno priista, alguno es ustedes dirá:

“ok pero ni sumándolas todas o multiplicándolas sale algo cerca de los 50000!!”

Ah eso es más que cierto, y para evitar irme demasiado por la tangente, me argüiré en mi querido aforismo criminológico de:

“LA CAUSA DE LA CAUSA, ES LA CAUSA DE LO CAUSADO”

Para algunos colegas académicos o entendidos en el tema es posible que el panorama empiece ya a ir un poco más claro después de eso, pero para los demás os explicaré algunos detalles que también les resultarán interesantes….

Si bien los factores que han generado todo este caos en nuestro país pudieran atribuirse al mismísimo Bin Laden (Q.E.P.D), son en realidad bastantes. Una conjunción malévola de eventos desafortunados mejor dicho.

Y a su dejo se sorpresa de:


¿QUE DEMONIOS TIENE QUE VER BIN LADEN EN ESTO!?!


Bueno os contaré que los cárteles y el narcotráfico siempre han vivido y coexistido, no de forma pacífica, pero si “cordial” por decirlo de alguna manera.

El cártel de Tijuana, el del golfo, el de Juaréz y federación Sinaloa siempre han estado presentes, tal vez alguno ha cambiado su nombre de registro, o su organigrama ha cambiado de manera constante por los “riesgos de trabajo”, estos laboraban de forma ininterrumpida en nuestro país, exportando Cocaína, efedrina, marihuana, opio y demás proveniente de China, Colombia, Venezuela, Brasil y otros hermanos latinoamericanos.

Pero de pronto al inicio de esta década, algo paso, algo muy malo pasó….


Y no me refiero al triunfo de Vicente fox en el 2000, que hay cosas peores. Me refiero al 9/11, este ataque a la nación más poderosa del mundo hizo que las cosas realmente cambiaran, no solo a que ahora te revisan más cuando viajas en avión, y que no puedes ni llevar un maldito peluche de pilas!
Me refiero a las fronteras. Que después del ataque fueron más que cerradas, debido a las sospechas del gobierno norteamericano de que la frontera con México sirviera para dar paso a terroristas, entonces fue cuando el Leviatán apareció….

Aquellas rutas de trasiego de drogas bien estipuladas y marcadas por zonas territoriales de pronto desaparecieron, debido a que la droga ya no podría pasar debido al cierre de la frontera, y simplemente se quedaba en nuestro país, esto genero un problema a nuestros exitosos exportadores ya que al no poder llevarla a su destino final; estados unidos, habían que crear estos cárteles, sus propios mercados internos en nuestro país, cosa que de inmediato empezó a crear una feroz lucha por los territorios, que se agravo con algo con lo cual no contaban:


El cambio de gobierno.


Esto complicaba las cosas enormemente ya que anteriormente los gobiernos locales y federales tenían ciertos pactos de protección y acuerdos con los cárteles, debido principalmente al amparo de las autoridades (y la corrupción obviamente), pero ahora ya no había un mediador en esto, y la lucha por los territorios iba solo empezando.

En el año 2006 el gobierno panista continuó con el presidente Felipe Calderón, que ante al incremento de la violencia decidió crear lo que llamo en su momento:

“La guerra contra el narcotráfico”, cosa que parecía ser la “solución final” para todo este caos existente, pero algo salió mal, lamentablemente mal.

La guerra contra el narcotráfico de Calderón siguió los objetivos, cual si fuera el plan de invierno de Halo Reach:  “La primera prioridad es responder en todos los frentes”, pero hubo algo que ni los politólogos o estrategas asesores de Calderón esperaban, y esto era la magnitud del problema.

Exacto, las buenas intenciones no fueron suficientes para acabar con el problema, y ocurrió lo que era de esperarse.

Los cárteles ahora ya no tenían fronteras americanas accesibles para exportar su producto, el gobierno federal había cambiado de administración, desvinculando los acuerdos previos que antes existían, y era imposible negociar ya con ellos, a parte ya estaban siendo atacados por este gobierno y deteniendo a sus líderes, lo que acrecentaba aún más el conflicto interno entre las organizaciones delictivas.

Aquel panorama tan desolador solo habría de explicarse con la famosa frase de Flavius Renatus Vegetuis:

 “Si vis pacem, para bellum”


–  Si quieres paz, prepárate para la guerra  –


Y eso es lo que exactamente ocurriría, simplemente la guerra, ya había empezado….

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Ante esto la sociedad civil no tardó en ser víctima de los ataques y del fuego cruzado, las ejecuciones aumentaron de manera aparatosa y llenando las planas de los periódicos, esto simplemente era de notarse, las cosas no se habían hecho mal, sino que aparte de haber tardado demasiado, se hizo algo que jamás se había hecho con las organizaciones delictivas; combatirlas en vez de negociar con ellas, para esto último los gobiernos priistas tenían maestrías y doctorados, pero ahora solo existía una guerra, donde lamentablemente la sociedad civil seria un blanco fácil del fuego cruzado. Esto se agravaría con la inacción de los gobiernos locales para resolver el problema.

Por eso Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Durango, Michoacán,  Nuevo León, estado de México, son punteros en los estados con mayor índice de violencia en el país.

No adivinan de que partido son esos gobiernos?


Pues me darían Peña ajena si no lo saben….


Ante este panorama tan desolador y violento, a estos miles y miles de muertos, también así llamados: “daños colaterales”, que futuro nos espera?

Definitivamente nada bueno, si regresamos a un gobierno priista que de sobra sabemos que un jefe de campaña tan entrañable para los mexicanos como Carlos Salinas podría traernos de vuelta.
La guerra contra el narcotráfico no solo ha empezado, sino que ya sus efectos han lesionado a toda la sociedad, pero ante esto, lo peor que se puede hacer es dejar de continuar con esta lucha incesante contra este flagelo tan lesivo.


La violencia no apareció de repente y de la nada, esta solo fue el lamentable  resultado de una acumulación constante de años y años de corrupción, de un  gobierno priísta que solo velaba por sus intereses mientras se llenaban sus arcas a costa de los recursos del pueblo Mexicano.

Cuando antes se había escuchado de la captura de líderes de organizaciones delictivas? Cuando se había escuchado la detención de gobernadores, militares o coroneles de la marina y/o ejercito, detenidos por sus vínculos con el crimen organizado?

Esto no debiera de alarmarnos y decir:

“oh, el gobierno y sus autoridades son corruptas!”

Sino que es muy notable que estas inusitadas detenciones sean una noticia tan común en este gobierno de transición. Con los gobiernos tricolores esto jamás habría pasado, o que ya no recuerdan al famoso negro Durazo?

La memoria histórica del país y de todos los Mexicanos no debería ser pisoteada con campañas que nos pretenden vender a un candidato producto de la mercadotecnia y de un amplio gabinete priísta que solo nos recuerda los malos gobiernos de sexenios anteriores.
La sociedad Mexicana ya no está para soportar el retorno de un sistema político, tán corrupto, genocida y desinteresado de los derechos humanos como su candidato novelesco, que ha demostrado ser solo una cara bonita en este periodo electoral.
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Lo ideal sería usar al menos una o dos neuronas funcionales para evitar que esto se repita, pero si no, los vales de medicinas que me prometen serán suficientes para soportarlo.
“Con mis ansiolíticos, tooodo es perfecto….”
por: ADO

lunes, 9 de abril de 2012

AQUEL LEJANO LUGAR

Hace algunos días, un amigo que conozco desde hace muchos años me invito a visitar con él y su familia el pueblo de donde es originario, le pregunté de inmediato donde era eso, y me contesto: Veracruz.

VERACRUZ?

De inmediato llego a mi mente todo lo que había escuchado de aquel lugar, y de la ola de violencia por el que estaba pasando, supe de inmediato que visitar ese estado, no era un viaje común, sabía que simplemente era un riesgo.

Admito que reflexione unos instantes si visitar ese lugar sería una buena idea, pero yo no soy alguien que se deja intimidar tan fácilmente, incluso ya había recorrido hace poco todo el sureste del país durante 10 días y afortunadamente no me ocurrió nada durante ese tiempo, así que simplemente le conteste:

¿A qué hora nos vamos?.

A las 8 de la noche hay que irnos

Entonces aliste mis cosas y a las 8 salimos en dirección a aquel lejano lugar, a unas 8 horas de camino.
Ya abordo del camión, subió una mujer quien con una grabadora en mano, nos filmaba y nos decía:

“Este video es por su propia seguridad, favor de quitarse lentes o gorras”

Le pregunte a mi amigo, a que se debía eso, y me comento que anteriormente había muchos asaltos por parte de algunos pasajeros que subían a los autobuses solo, con la intención de asaltar a todos más adelante.

Le conteste:

“AH!  esto me llena de una enorme tranquilidad….”

Él se rio un poco y desde su asiento que estaba un par de filas atrás me aviso que se iba a dormir, entonces yo traté de hacer lo mismo.

Pasaron algunas horas y de pronto desperté en el camión lleno de oscuridad que se había detenido sin razón aparente, me asome por la cortinilla y vi a varios vehículos militares y junto a estos a 3 efectivos, portando fusiles FAL, Me asome un poco más y me di cuenta que estábamos entrando al estado de Veracruz, aquella era la caseta de entrada.

A las pocas horas llegaríamos a la terminal, y el calor era evidente a pesar de ser las 4 de la mañana.
En la casa donde llegaríamos, vivía el suegro de mi amigo; quien era el curandero más conocido de ese poblado, incluso el taxista que nos llevo a esa casa conocía bien del renombre de aquel enigmático señor.

Los perros anunciaban nuestra llegada, se podía ver al centro del patio, dos inmensos arboles de mangos. Al llegar a la casa donde nos hospedaríamos vi que era una bella y modesta casa hecha de bambú, cuyas paredes eran recubiertas de una mezcla de barro y pasto, el techo hecho de laminas y hojas de palma, afuera de las puertas, grandes bancas hechas de troncos, y  dentro de esta ya nos esperaban los suegros de mi amigo quienes ya tenían listo el desayuno para recibirnos.
Velas encendidas, el olor a incienso y a café recién hecho serian los aromas que nos recibirían al entrar. A pesar de haber viajado por poco más de 8 horas no había cansancio, simplemente aquella escena era lo más relajante que podría pedir.

La plática del viaje no fue muy extensa, ya que sin darnos cuenta ya estábamos allí desayunando a las 4:30 de la mañana un inmejorable café de Veracruz acompañado con pan hecho por una de las hijas del matrimonio. Simplemente yo no quería dormir, el día iba empezando más temprano de lo habitual, al menos para mí y yo habría de aprovechar eso conociendo el lugar.

Al ser una visita, me ofrecieron una cama que estaba en una pequeña habitación, pero insistí en dormir en un petate que se encontraba colgado, entonces poco a poco fueron llegando las hermanas y demás familiares de Xochitl, la esposa de mi amigo, quienes al mismo tiempo me iban presentando. De pronto la casa se llenaba de personas que se movilizaban para que el desayuno estuviera listo.
Luego de instalarnos y ya que amanecía, el señor puso 2 ofrendas al centro de la casa, me avisaron entonces que me harían una limpia, así que el curandero encendió más inciensos, velas y me llamo al centro de la misma, así que entré al círculo y mientras yo cerraba los ojos, podía sentir el calor de las velas, el olor del copal y de las hierbas que pasaban por mi cuerpo, mientras él hablaba el Náhuatl haciendo la ceremonia.

De pronto sentí una especie de pluma que rondaba mi cuerpo, abrí los ojos y me di cuenta que aquello era una enorme gallina blanca que aleteaba ocasionalmente. Casi de inmediato supe el desenlace que tendría mi sacudidor de malas vibras, pero traté de no moverme ni decir nada.
A los pocos minutos mis predicciones acerca del destino de mi amigo emplumado serian corroboradas, luego de esto la ceremonia estaría casi completa.

Lo que haríamos después sería ir a las milpas y a los naranjales del señor para buscar algunos ingredientes para preparar la comida.

Entonces nos dirigimos rumbo a los naranjales para buscar lo que faltaba para preparar la ofrenda y la comida, para este recorrido de algunos kilómetros nos acompañaría a mi amigo y a mí, el nieto del señor, un niño de unos 9 años que conocía toda la zona bastante bien y evitaría que nos perdiéramos, lo que sería bastante probable ya que la zona a la que íbamos media al menos 6 hectáreas.
Al caminar por una larga carretera de terracería pude ver en una de las alambradas a una víbora coralillo de unos 60cm que estaba colgada como si fuera ropa al sol, entonces me disponía a agarrarla para verla de cerca, pero Axel, el niño y guía que nos acompañaba grito:

NO, NO LA TOQUEN!!

Entonces le asegure que realmente estaba muerta, pero nos comentó que no era por eso, sino que ese día era viernes

….viernes ?

Si, aquí se acostumbra que los días viernes siempre se hacen los trabajos de brujería, aquí los brujos casi solo hacen trabajos los viernes y esta víbora la pusieron antes del amanecer de hoy.
Entonces me quede mirando la mano con la que había tocado aquel muerto pero nada inofensivo reptil, y nuestro joven guía saco de su bolsa de fibra de maguey una rama de una extraña planta con la que dijo que me limpiara, a pesar de no ser una planta de ajo, el olor de esta era exactamente igual al de un ajo común.

Simplemente había olvidado el lugar donde me encontraba, un sitio donde los rituales y la brujería eran más que habituales, así que de ahora en adelante me andaría con mayor cuidado.
En las bolsas que llevábamos echaríamos lo que usaríamos para preparar la comida, simplemente era como ir de compras, no había largas filas ni multitudes o anaqueles. Solo había que tomar de los árboles o las milpas los artículos que uno necesitara, nada era más acertado que decir que la comida si crecía en los arboles.

Después de llegar de nuestro recorrido de “compras” más original que haya tenido, las varias mujeres que había en la casa se dispusieron a preparar lo que habíamos llevado: Maíz, naranjas, tomatillos de cerro, jacuves, pápalo, chiles, tamarindos, vainas de frijol de cerro y otras cosas que llevábamos pero no sabía exactamente que eran.

Al cabo de una hora la comida ya estaría lista, y el menú sería bastante extenso; la gallina que momentos antes había alejado la mala suerte (no para ella) sería el plato principal, en un caldo  sazonado con varias hierbas y chiles, acompañado de unas enchiladas con tortillas de nixtamal hechas a mano y con salsa hecha de al menos 3 tipos de chiles y el tomatillo de cerro que hayamos, frijoles patlachos con jacuves, pan casero elaborado por una de las hermanas, agua de naranja y de tamarindo que acompañaban a los huachinangos que uno de los familiares había ido a pescar de una presa cercana unas horas antes. Simplemente no podría existir una comida tan fresca ni tan perfecta, por lo que decidimos comer hasta que movernos nos resultara difícil.

Al cabo de un rato el objetivo se habría cumplido, por lo que al no  poder salir de la mesa, solo nos quedaba hacer la plática de sobremesa, plática que se prolongo hasta el anochecer. Fue aquí donde llegue a conocer eso que desde un principio me causo un poco de preocupación….

El señor nos mostró las armas que tenia, y le pregunte que ocurría con la seguridad, y que tan seguro era ese poblado, fue entonces cuando nos contó la historia de aquel lejano lugar….

Ese lugar era Tlacolula, municipio de Chicontepec Veracruz, un sitio que solo era descrito por la exuberancia de la vegetación y la tranquilidad, pero que hacía ya varios años los zetas habían empezado a entrar al pequeño pueblo, con la intención de cobrar derecho de piso y matar al que no cediera a sus peticiones.

Aquellos días oscuros se empezaron a apoderar de la tranquilidad de los habitantes de Tlacolula, fue entonces que mataron a 3 de los pobladores. Aquello hubiera parecido el inicio del desastre para todos en la comunidad, pero esa gente trabajadora y valiente no permitiría tan fácilmente que les robaran sus vidas…. 

El pueblo ya lloraba a las primeras víctimas de esa guerra que era casi imposible de ganar, los pobladores lo sabían, pero, como decía Emiliano Zapata:

“Es mejor morir de pie, que vivir arrodillado”.

Fue entonces que todo el pueblo de Tlacolula Veracruz decidió organizarse para evitar que esa organización delictiva se apoderara de todo lo que ellos tenían.

Por la noche, y armados de rifles, pistolas, escopetas y machetes todos los hombres hacían guardia en las entradas de sus casas, mientras las mujeres se escondían adentro con sus hijos, temiendo lo peor….

“Cuando se escuchaban los balazos, corríamos hacia donde se escuchaban, pero por atrás de las casas, para que no nos vieran”

Aquellos días surgieron numerosos enfrentamientos, causando bajas a ambos bandos, incluso varios policías municipales resultaron muertos durante ese periodo. Aquello era una guerra, una guerra en donde los pobladores no serian un enemigo fácil de vencer.

Y poco a poco los enfrentamientos desaparecieron, los zetas simplemente habrían sido expulsados del pueblo, aquellos habitantes que murieron por defender su comunidad, al final lograron su objetivo.
Aquel curandero y persona tan respetada contaba aquella historia con un dejo de nostalgia, al recordar a sus amigos y familiares que habían dado la vida por sus hijos y vecinos. De pronto dio un suspiro fuerte y moviendo el índice nos dijo a los que escuchábamos atentamente su historia:

“Les ganamos, Nosotros les ganamos”

Al oír eso simplemente se me erizó la piel. Ellos había luchado para defenderse, y evitaron que la delincuencia llegara a sus vidas, esa gente era un ejemplo de valentía y unidad. No pude evitar pensar que hubiera sido de mi tan lastimado México, si gente como esa, llena de valor y determinación hubiera actuado así cuando empezaban estas organizaciones delictivas a operar en sus estados.

Luego de aquella platica solo quedaba dormir, realmente estaba cansado ya que desde las 3 o 4 de la mañana yo permanecía despierto, así que me dispuse a descansar en mi petate, que era el más cómodo que haya conocido.

Dormir con la melodía del canto de grillos, ranas, geckos y delfácidos que rodeaban la casa y las paredes de bambú, era simplemente…. Gratis.

A la mañana siguiente iríamos a recorrer las laderas del rio y los pozos con los charpes, para atinarle a todo lo que se moviera, aquí mi imagen tan formal con la que generalmente acostumbro estar, contrastaba con la que ahora tenia, de alguien que tiraba panales de avispas con rocas, y eso era muy, muy grato.

Ya en la tarde y a falta de playas, ya que nos encontrábamos en la sierra, nos dispusimos a ir a nadar al rio.

Al llegar notamos la piel de una serpiente que hacía muy poco acababa de mudar, y nos dijeron que si en el agua veíamos que un tronco se movía tuviéramos cuidado, ya que era común encontrarse con serpientes en aquel sitio.

Y ya con esa advertencia tan peculiar nos dispusimos a nadar por horas; aquel escenario era como una alberca gigante y rodeada de arboles, decorada como un set de la película anaconda, y era incluso emocionante saber que efectivamente habría víboras en el agua.

Luego de haberme alejado del grupo y haber sentido que algo roso mi pantorrilla, y al no saber qué cosa fue, decidí regresar donde ellos se encontraban, para evitar enterarme o volver a encontrarme con eso.

Los días posteriores fueron bastante similares, y era exactamente lo que me encantaba de ahí, aquel lejano lugar plagado y manchado de historias donde sobresalía la existencia y el dominio de la delincuencia organizada, y que el solo viajar allí era considerado un enorme riesgo, eran solo un mito exagerado.

Tlacolula sencillamente era, y seguía siendo un paraíso exuberante, donde la comida crece en todas partes y la gente; acomedida, alegre, y valiente abunda en las calles de terracería, las pocas que quedan, ya que una compañía petrolera había apoyado al poblado en pavimentación de calles y construcción de escuelas y de un centro de salud.

En el camión de regreso, admiraba el paisaje que avanzaba conforme nos alejábamos, toda esa belleza hacia que fuera difícil la idea de que iría de regreso a casa, los campos de naranjales y la vegetación eran muestra de la riqueza que aún persiste en mi hermoso Veracruz, un estado que a pesar de estar manchado por la ola de violencia que vive mi país, no deja de ser uno de los estados más hermosos de México.

Al llegar la noche, miraba mi ventanilla y entre sueños me despedía de aquel lejano lugar….

ADO.:

lunes, 16 de enero de 2012

SOMBRAS Y RECUERDOS-(segunda parte)


Día 6

La caravana se dirigía a ciudad hidalgo, pero antes haría una pequeña parada en Tapachula.
El camino seria largo y durante este, pasaríamos por un inmenso bosque de torres eólicas, y recordamos la visión de aquellos gigantes que describía Cervantes en aquel lugar cuyo nombre no quiero acordarme.
En Tapachula, un reducido grupo de personas y reporteros de la prensa local se mostraban expectantes para tomarla foto de registro, ubicándose en balcones y azoteas de las casas aledañas.

Abajo un grupo esperaba a Sicilia, para cuestionarlo acerca del gobernador del estado Juan Sabines.

Corta seria la estancia allí, ya que tendríamos que llegar a ciudad Hidalgo; la ciudad Fronteriza entre México y Guatemala, o como algunos le llaman:

 “La Tijuana del sur”.

Al llegar, un amplio grupo de migrantes centroamericanos y habitantes de la ciudad, se integraría a la marcha, y juntos avanzaríamos por aquellas calles llenas de bicicletas y de esos triciclos usados como taxis.

Al llegar a la plaza nos dirigiríamos al centro social para comer, donde el menú seria: birria con puré de papa, agua de pozol, y de avena. Al terminar esa breve pausa, saldríamos de aquel lugar lleno de ventiladores y de sillas plegadizas de madera, para continuar nuestro camino hacia la frontera guatemalteca.

Poco a poco nos acercábamos a la frontera con Guatemala, donde llegaríamos al inmenso rio Grijalva, famoso por qué se puede pasar del lado guatemalteco al lado Mexicano, por medio de una tirolesa, la cual hacia poco habría cobrado la vida de un Guatemalteco en su intento en llegar a nuestro país.

La marcha llegaría a la mitad del puente internacional, donde Javier Sicilia daría lectura a una carta en lo que él llamaba “la carta del perdón”, donde expresaría y manifestaría una serie disculpas de manera simbólica por parte de los Mexicanos, por todas las muertes y tragedias vividas por los cientos de migrantes centroamericanos en su paso nuestro país, en busca del sueño americano.

El atardecer rodeaba e iluminaba la escena, que se reflejaba a lo largo y ancho del rio Grijalva. Aquellas banderas salvadoreñas, mexicanas, guatemaltecas y blancas, se mezclaban y hermanaban, perdiéndose poco a poco en ese bello atardecer que se iba oscureciendo cada vez más.

La marcha se había detenido en la mitad del puente internacional, y había decidido conocer un poco más de Guatemala, al igual que algunos integrantes de la caravana, así que nos dirigimos al lado guatemalteco y la diferencia entre ambos territorios era demasiado visible al ir avanzando, ya que los grandes postes iluminados y la valla metálica pintada de negro y dorado desaparecieron, y entrabamos en un camino oscuro, totalmente carente de iluminación, donde solo podían distinguirse las sombras de las personas y bicicletas que pasaban constantemente. A lo lejos podía verse una pequeña caseta iluminada con un foco, con una persona en la puerta. Al llegar un oficial de migración me pregunto si tenía pase, entonces le comenté que venía con el equipo de prensa de la caravana y que solo tomaría algunas fotografías y que no tardaría demasiado, él me contesto entonces:

“Pues en ese caso adelante!, y si decides quedarte solo tienes que comprar un pase de turista que vale 10 dólares, BIENVENIDO A GUATEMALA”

Cerca de allí estaba una casa de cambio, en donde se podían cambiar dólares y pesos por quetzales, de hecho esa casa de cambio era básicamente un señor sentado en una silla de plástico azul, frente a una lona amarrada en una reja, y que decía:

“Bienvenidos  cambio de moneda  pesos dólares  quetzales”
decidí tomarle una fotografía a tan singular casa de cambio y cambiar algunos quetzales para comprar algo en una tienda cercana.

Al mirar alrededor, me di cuenta que solo mi compañera Sonia y yo nos encontrábamos allí, así que ante esas calles carentes de iluminación y las miradas sospechosas de los desconocidos que nos observaban, decidimos regresar a nuestro país, en nuestra corta visita de no más de 30 minutos a territorio guatemalteco.

En el puente internacional mi compañera encontró a una pareja guatemalteca y les hizo una entrevista, aquella pareja nos comentaba que a pesar de las evidentes carencias que tenia Guatemala, la ciudad de Tecún Umán, había mejorado bastante, gracias a las políticas y al trabajo del alcalde. También nos dijeron que muchos patrones mexicanos contrataban a guatemaltecos, y que eran los patrones los que podían tramitar el permiso para contratarlos y pudieran entrar a territorio mexicano, incluso que había patrones que les cobraban por tan solo contratarlos. No despedimos de ellos y seguimos avanzando por ese camino tan oscuro que tuve que usar mi linterna para que no nos atropellaran las innumerables bicicletas y motocicletas que regresaban hacia el lado guatemalteco.

Al llegar al lado mexicano, y por cierto, bien iluminado, había un letrero que decía:
“prohibido ingresar armas, cargadores (tolvas) y municiones o balas”

Al saber que afortunadamente cumplíamos con aquellos requisitos para ingresar a territorio mexicano, pudimos pasar para integrarnos a la caravana, que ya estaba regresando a ciudad Hidalgo, para detenerse en la plaza municipal, donde en esta ocasión escucharíamos los testimonios de parte de los guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, algunos de estos, con el rostro cubierto de pintura negra a manera de antifaz y otros usando paliacates para ocultar su identidad por razones de seguridad.

En aquella explanada, Javier Sicilia volvió a leer la carta que habría leído en el puente internacional. Después de esto se acerco una mujer salvadoreña que llevaba más de un año buscando a su hijo desaparecido en territorio mexicano, simplemente al contar su historia, sus lagrimas se detuvieron y de pronto una expresión de coraje e impotencia salió de ella. Simplemente este era el reflejo de las tantas historias que no habían tenido respuesta y se sumaban al recuento de esta caravana.

Aquella noche nos quedaríamos en el centro social Francisco I Madero, al cual llegarían 149 colchonetas y dado que no tenía intención de cenar, seria yo uno de los primeros en llevarme una de esas al privilegiado lugar del templete, al lado de las entradas de toma corriente. 
Día 7

Muy temprano por la mañana, y después de haberme recuperado por el ataque de los mosquitos guatemaltecos del día anterior, nos dirigimos a la capilla y centro comunitario donde nos esperaba el desayuno que constaba de tamales oaxaqueños, plátanos horneados, atole de plátano, de chocolate y agua de pozol, así que considere prudente probar de todo, antes de proseguir nuestro camino a san Cristóbal de las casas.

El camino seria largo y silencioso, excepto por el sonido de la música que nuestro conductor, José, pondría; el disco de: “Las cumbias más buenas en Mp3”, el cual sería nuestra música ambiental por el lapso de 3 horas que duraría el viaje, aún y a pesar de esto podía disfrutarse el observar aquel hermoso paisaje compuesto por un sinnúmero de ríos y riachuelos, montañas aborregadas de vegetación con manchones cafés de de derrumbes ocasionados por lluvias recientes, y arboles de cacao a las orillas de la carretera en los pequeños poblados por los que pasábamos. Esa era la vista en aquella ventanilla del camión donde viajaba, simplemente era como ver una fotografía con vida propia que se desplazaba mientras avanzábamos, o un cuadro matizado de colores verdes y enmarcado por un cielo azul claro, donde las nubes, en su afán de protagonismo, cubrían la punta de los cerros. Aquello podría describirlo como un sueño hermoso a ritmo de cumbia, evidentemente era demasiado pedir escuchar algo más decente, ya que mis exigencias serian satisfechas mientras el aire acondicionado siguiera funcionando, ya que al tocar esa ventana tan caliente al tacto, me daba cuenta que escuchar a “Los ángeles azules”, era lo de menos.

El contingente haría una pequeña parada en el pueblo de Tonalá Chiapas, donde el calor rebasaba los 40°, razón necesaria para acudir a una pozoleria cercana a la plaza (el pozol es una bebida tradicional de la región, hecha a base de maíz y cacao, horchata o avena, que se sirve en platos hechos de huaje).

En el estrado de la plaza, Sicilia hablo poco, seguramente se debía a que en ciudad Hidalgo, un reportero lo cuestionó acerca del poder del movimiento que su discurso era: “desgastado”, esto no solo molesto al poeta, sino que lo  encabrono (por decirlo de la forma más técnica y acertada posible), y después de un intercambio contrapuesto, en la que destacaba la frase: “Hijo de la chingada, si mi discurso esta desgastado, pues no vengas a oírme!”.

El periodismo es una actividad más que necesaria en toda sociedad que se digne de ser medianamente democrática, aquella labor nos informa y conecta, la verdad no debiera de ser ocultada, sino informada, pero en muchos casos, o casi siempre, la obviedad genera controversias. No es que defienda a Javier, afanosa y arbitrariamente, sino que una cosa que he de destacar; el discurso que se plantea, no es solo uniforme y objetivo, sino que busca fines mediatos e inmediatos, no sería posible dar una vez aquel discurso, de forma que todos pueblos y comunidades habrían de escucharlo de forma simultánea, ya que solo los informes de gobierno tienen tal difusión y convocatoria, pero tampoco tendría que haber múltiples discursos, adaptables o modificables que vinieran a bien a cada región, poblado, estado  o municipio donde habría de estar la caravana; pues ni que se tratara de ser un mercader avocado a vender opiniones y morales al por mayor!, aquello era más simple, era una causa, una causa que por mucho rebasaba la autoría de una persona. Sicilia había dejado de ser autor y se convertía en un símbolo, un estandarte que miles de personas no permitirían ni soportarían que fuera atacado de ninguna forma.

El acto público en Tonalá continuo sin mayor complicación, pero el intenso calor ahuyento a cámaras y micrófonos, lamentablemente esta situación sería demasiado sospechosa para algunos representantes principales del movimiento, y para el propio Javier Sicilia; de pronto la prensa se convertía en un compañero incomodo.

Más adelante la caravana seguiría por caminos separados, solo 5 afortunados por cada camión, serian los elegidos para ir a la sierra en la comunidad de Acteal. Yo estaría entre las personas que irían en los únicos 2 autobuses que llegarían a ese emblemático lugar. El camino seria largo y extenuante, y poco a poco subíamos por aquellas montañas ocultadas entre las nubes, hasta viajar entre la neblina y la humedad de sus contornos, entonces el viaje se volvía un recorrido tranquilo y apacible, aquello era simplemente como viajar entre las nubes .

En un punto de reunión , abordarían pasajeros de otros autobuses, entre este grupo se encontraría una señora elitista, discriminadora, insoportable y con elevados niveles de imbecilidad, que harían el viaje de 3 horas, un recorrido estresante y molesto, hacia la comunidad de Acteal.
Poco antes de llegar nos informarían de un deslave ocurrido por las recientes lluvias, por lo que habríamos de esperar expectantes hasta el regreso de la unidad de los topos, que se habían ido a investigar la magnitud de los daños a la carretera.

A su regreso nos enteraríamos de que el camino seria inaccesible para los camiones, y nuestro transporte serian 5 camionetas de redilas, en las cuales viajaríamos 20 personas por vehículo, este viaje seria a través de un angosto camino lleno de vegetación y oscuridad donde solo podía verse el camino unos metros adelante por las luces de la camioneta, pero la destreza y conocimiento del camino por parte de los conductores, hacían que avanzaran a gran velocidad. Ocasionalmente era posible ver pequeñas y modestas casas de madera y enormes derrumbes que estaban a la orilla del camino; de hecho fueron emocionantes esos 30 minutos de ese recorrido, tan ajetreado y casi peligroso.

Entonces llegaríamos a la comunidad de las abejas de Acteal, donde, en el año de 1997, un grupo de paramilitares habían masacrado a casi 50 de los habitantes de esa pequeña comunidad, incluidos principalmente a mujeres y niños. 

Al llegar nos esperarían unas 200 personas de la comunidad, algunos vestían trajes típicos y hacían cantos en tzotzil; lengua de origen maya, y cuando bajábamos de esas abarrotadas camionetas empezó la música.

 El sonido de las trompetas, el caracol y los cohetones animaba aquella marcha encabezada por gente ataviada con los atuendos típicos de la comunidad Tzotzil de las abejas y decenas de niños, quienes, descalzos, y a pesar del frio y de la llovizna leve que nos recibía, se mostraban contentos y sonrientes, cantando y deteniendo los globos blancos, que amarrados con cordones azules, celosamente llevaban.

Al llegar al final del recorrido de la procesión, había una mesa de registro de prensa que decía: “registro para prensa honesta, la prensa del gobierno no tiene lugar”, y junto a esto, a la entrada de la comunidad, se leía en un gran cartel hecho especialmente para nuestra visita:

“Bienvenidos a la tierra santa de los mártires de Acteal XIII aniv”.

Al bajar por aquellas escaleras, y acompañado de decenas de personas de la comunidad, nos recibía un olor a leña quemada, la cual era usada para calentar  las ollas llenas de frijoles, arroz y el café que habían preparado para ese día.

Al acercarnos a su auditorio techado, podía verse al centro una gran cruz blanca, decorada con cerámica y adornos azules, a su alrededor, se encontraban 45 cruces negras con los nombres de los asesinados, aquellos símbolos descansaban sobre un enorme circulo hecho de pasto.

Al fondo de esta imagen, varios representantes de la comunidad nos darían la bienvenida. El maestro de ceremonias, sería un joven de unos 25 años, quien daría las diatribas y presentaciones en lengua tzotzil y en español.

El primero de los actos seria el coro de Acteal, que era formado por niños vestidos con los trajes tradicionales, y las niñas destacaban al frente con sus atuendos negros con adornos morados, y una tela que cubría sus hombros, de color blanca y con adornos azules a manera de flores. Entonces después de escuchar algunas indicaciones del maestro de orquesta, empezaron a cantar. Aquellas delicadas y perfectas voces no le pedían nada a cualquier coro extranjero o nacional, aunque no entendíamos aquellos cantos en tzotzil, simplemente no hacía falta, escuchar  esas voces simplemente eran un excelente concierto.
Posterior a ese acto seriamos testigos de una representación teatral llevada a cabo por un grupo de niños de la comunidad.

Esa sencilla representación nos haría mantenernos en silencio, un silencio mezclado con un sentimiento de dolor; aquella obra de pronto se convertía en una catarsis para muchos de los presentes. Decenas de señores y mujeres revivían aquellos momentos que vivieron en aquella matanza, o volvían a recordar a sus seres queridos asesinados, simplemente ver sus rostros de dolor nos hacían ver que el drama seguía latente.

A mi lado una mujer tzotzil de unos 60 años le comento algo a otra de similar edad, ella hablaba en su lengua por lo que no pude saber que fue lo que le dijo, pero simplemente al escucharlo, acento con la cabeza, se llevo la mano izquierda al rostro y soltó una lagrima. Simplemente estábamos, como dijo en algún momento Sicilia:   “en el epicentro del dolor”..
Después se llevo a cabo una ceremonia religiosa, bastante significativa, aquellas cruces que descansaban sobre el pasto serian iluminadas por 500 velas, aquel proceso de encendido de las mismas llevaría unos 20 minutos.

Los presentes sabíamos y sentíamos que no habría escena más impactante que esta, varias de las victimas con las que viajábamos cambiaban su semblante, simplemente al ver toda esa escena desprendían de sus rostros un semblante de paz y tranquilidad, como si en ese momento tuvieran algún tipo de catarsis.

De pronto todas aquellas delgadas velas encendidas, iluminaban el lugar. El olor a incienso, y madera quemada impregnaba el lugar, convirtiéndolo en un lugar místico y misterioso. Al fondo de la escena se daría lectura a una carta escrita por Javier Sicilia, quien no pudo asistir, ya que en ese momento se encontraba en San Cristóbal de las casas en una reunión con una comisión zapatista.

Al terminar los discursos presentados por representantes del movimiento un olor a café recién hecho se acercaba a nuestros lugares, era un niño y 2 jóvenes que armados con vasos y jarras repartían café a los presentes. El olor era diferente y  único, en nada se parecía al café comercial o al café común preparado en los velorios, aquello era simplemente diferente, al probarlo cerré los ojos, y solo pude pensar :

“que Starbucks ni que la chingada, este es el mejor café que he probado en mi toda vida”

Curiosamente mi expresión de entera satisfacción llamó la atención de la joven que lo estaba repartiendo y se me quedo viendo con una cara de extrañeza, entonces la vi y solo le dije: “otros dos vasos por favor”.

Después de que se acabaran esos 3 vasos de ese café tan exquisito, me dirigí a donde estaban repartiendo la comida, el olor en este sitio era imperdible, un olor a comida recién hecha y calentada con leña invadía el ambiente, tortillas, arroz, frijoles, huevo, todo sabia perfecto e irremediablemente tenía que probar de todo hasta que moverme resultara difícil, así que después de algunos minutos cerca del “bufet” lo logré, solo pocas veces en mi vida había probado comida tan especial como ocurrió ese día.

El regreso habría de ser nuevamente en las camionetas que nos habían traído, esta vez no habría novedades, solo nos despedíamos de aquellas personas de la comunidad, que amablemente nos habían recibido.

Un día más terminaba, pero aquel se volvía uno de los más memorables, solo quedaba dormir.

Día 8

Este día amaneceríamos en San Cristóbal de las casas, las calles adoquinadas y los acabados rústicos de las casas, eran más que relajantes, me dispuse a pasear por aquellas calles semivacías, donde se veían entre los paseantes a algunos turistas y varios indígenas de  comunidades de Chiapas y Oaxaca, que ofrecían sus artesanías de calle en calle.
A lo lejos vi a una pequeña niña, de unos 9 0 10 años, que ataviada con ropa tradicional de su comunidad y portando bolsas tejidas a mano y en un canasto, pequeñas figurillas de barro vestidas con trajes diminutos.

 Le compre varias piezas y me despedí, a pesar de su mirada seria y su expresión de desconfianza, me fue posible verle una pequeña sonrisa al final.

Al llegar a donde estarían repartiendo el desayuno, aprovecharía la oportunidad para tomar un baño, la confianza en el grupo era tal, que no había problema de encargar la cámara o el celular a alguno de los caravaneros.

Después de reponer fuerzas y de haber descansado un poco, nos dirigiríamos a Ocosingo.
Durante el trayecto, varias cosas rondaban mi mente, aquel sitio no era solo una parada más en nuestro recorrido, era un sitio marcado por la tragedia, y no por cualquier tragedia.
Los primeros días de enero de 1994 hubo varios enfrentamientos entre militares y el ejercito zapatista, con un saldo de más de 50 muertos y más de 30 desaparecidos.

Durante esos terribles días, aquella ciudad se vio convertida no solo en un campo de batalla, sino que en una verdadera masacre, charcos de sangre, automóviles destruidos, cuerpos por las calles, vidrios rotos y marcas de disparos por el mercado y las calles de la ciudad, sería el panorama de esas primeras 72 horas del año.

Y era precisamente allí donde llegaríamos, las expectativas aumentaban mientras los camiones se acercaban a Ocosingo, simplemente no sabíamos que nos esperaba al llegar, solo sabíamos que deberíamos andar con cuidado.

Al llegar los camiones a la ciudad, ya nos esperaban decenas de pobladores con pancartas de bienvenida y agradecimiento, el recibimiento era amplio, filas de gente abarrotaban las calles dificultando el avance de los camiones, pronto nos avisarían que era la hora de bajar de ellos, para unirse a la marcha que nos llevaría al mercado.

Al llegar ahí, un templete ya nos esperaba, una mujer vestida con un traje típico subió y agradeciendo la visita de la c caravana, comenzó a hacer un recuento de las victimas en esos días de 1994 y de todos los hechos ocurridos en aquel lugar. Ahora no había lágrimas, ni tristeza, su rostro reflejaba un semblante lleno de coraje e indignación, ya que después de todo lo ocurrido, jamás hubo justicia por esa masacre.

El ejército había arrinconado a los zapatistas en ese mercado, súbitamente y a pesar del riesgo evidente, los locatarios ayudaron a escapar a varios por la parte de atrás, pero al igual que a los insurgentes que no lograron evadir las balas, ellos mismos serian víctimas inocentes por ayudar a sus compañeros.

Los charcos de sangre y los cuerpos apilados habrían sido borrados, pero aún podían verse en varias paredes del mercado, los daños ocasionados por los disparos, era aquella una escena amarga, la injusticia y la brutalidad describían perfectamente lo ocurrido en aquel sitio, aun así, la gente se levantaba con sus lagrimas acompañadas de coraje, simplemente esos recuerdos no podían olvidarse, y con nuestra visita los reclamos se hacían evidentes.
Después de escuchar varios testimonios desgarradores de los padres y los hijos de los masacrados en ese sitio, fue el turno del padre Solalinde, quien nos haría guardar un minuto de silencio por las víctimas de ese día, y por los migrantes que mueren día con día, tratando de cruzar el territorio nacional. Al poco tiempo nos avisarían que era hora de abordar los camiones.

Me separe un poco para visitar aquel mercado, mujeres y niñas vestidas con bellos y elaborados vestidos típicos, vendían sus mercancías; desde pequeñas artesanías, hasta semillas y diversos comestibles.

Era obvio que esas jóvenes no recordaban la tragedia ocurrida a sus espaldas, y pensaba que esa era lo mejor. Realmente nadie merece pasar por tragedias como la que esa población de Ocosingo vivió en enero de 1994.

Pronto los camiones nos llevarían a la parroquia de Palenque Chiapas, donde cenaríamos y nos bañaríamos en aquellos baños hechos con postes de madera y paredes de plástico negro, increíblemente bañarse a jicarazos, teniendo de vista el campanario de la Iglesia, fue de las mejores experiencias durante el recorrido, incluso Daniel Jiménez Cacho mostró su sencillez al usar esos improvisados, pero cómodos baños, y dormir como los demás caravaneros, en el piso del recinto.   

Día 9

Temprano por la mañana saldríamos de Palenque, en rumbo a nuestra siguiente parada en Villa Hermosa Tabasco. 

Al arribo de la caravana a esta ciudad, se percibía que el calor aumentaba, y pronto al bajar del autobús, el calor no se hizo esperar, lejos del frio clima del autobús, nos recibía una temperatura de 37°C a la sombra, por lo que gorras y bloqueadores solares eran más que indispensables para soportar la marcha que partiría del centro, hasta la cámara de diputados.

Al llegar ya nos esperaban decenas de personas, y poco a poco iban llegando cada vez más.
 Grandes mantas y pancartas con mensajes de protesta contra el gobierno local y la corrupción de este, eran las que encabezaban la marcha que permanecía en la plaza central a la espera de poder iniciar el recorrido.

Mientras varios de nosotros poco a poco nos acercábamos a las inmensas fuentes al lado de la plaza para al menos recibir la briza cercana, y  junto a estas estaba el compañero migrante, con el que había hablado brevemente en la iglesia de Acapulco Guerrero, notó que mi proximidad pausada a las fuentes era por el mismo propósito que él tenía, por lo que sonrió y me dijo:

anda hermano te detengo la cámara!

“mm está bien”, le conteste
Así que decidí entrar hasta el centro de la fuente, al salir mi ropa pesaría unos 2 kilogramos más, pero valdría la pena para soportar el clima de la ciudad.

Durante el camino vendría hablando con mi amigo, quien me contaría lo difícil que es para los migrantes, pasar el territorio mexicano, por toda la violencia del cual eran víctimas: asaltos, secuestros, violaciones y homicidios, todo ello por buscar una oportunidad de una vida mejor, me comento:

“es mejor mojarse que pasar por la orilla”

Refiriéndose él a que es preferible seguir la ruta del migrante, y pasar por todo Veracruz y Tamaulipas y correr esos riesgos, que ir por el centro del país, donde es casi seguro que los detengan agentes de migración.
Incluso me comentaba que los agentes de migración detenían a mexicanos que se dirigían al norte del país, solo por estar acompañados de migrantes centroamericanos, y me dijo algo muy cierto:

“Si ustedes como mexicanos, tratan tan mal a sus mismos compatriotas, imagínate como nos tratan a nosotros…. ”   

Al principio no supe que decir, pero lo mire al rostro y tomándolo del hombro, le dije:

“Hermano, recuerda que siempre hay excepciones”

Asentando con la cabeza y sonriendo, me dijo:

“Cierto, tienes razón” 

Entonces nos integramos a la marcha que iba ya iniciando.
Rápidamente al entrar a las calles podía verse la magnitud de esta, varios cientos de personas con pancartas y mantas avanzaban por aquellas calles adornadas con parques, quioscos, iglesias y monumentos.

Al llegar a la cámara de diputados, caras conocidas ya me esperaban; era mi prima y su familia; ver rostros familiares, después de un largo recorrido matizado de tanta tragedia y dolor, sencillamente me alegro el día, verlos y estar con ellos, al menos por un tiempo, era lo que necesitaba.

Mientras comíamos les contaba como había sido el recorrido que había tenido, y algunas experiencias ocurridas. Aquellos tacos sabían exquisitos, después de llevar una dieta tan abundante de tortas y tamales en aquellos 9 días de recorrido.

Después de un rato agradable fue la hora de despedirme y seguir mi camino, pronto llegaríamos a Coatzacoalcos Veracruz. 

Caída la tarde llegaríamos a Coatzacoalcos, y bajaríamos a la marcha que llegaría a la plaza principal.

Poco a poco el sol bajaría y rápidamente éramos testigos de restaurantes, tiendas y demás negocios que cerraban sus puertas al caer la luz del sol, esto era una importante señal de la inseguridad de vivían los habitantes de Coatzacoalcos, así que sin separarme tanto del conglomerado, seguí hasta llegar a la plaza.

Pronto escucharíamos nuevos testimonios en el templete ubicado al centro de la plaza, entre estos saldría a la luz, la historia de una madre cuyo hijo había desaparecido hace casi un año en esa ciudad. Una profunda tristeza describía su rostro, que su mirada hacia el vacio, y ausente de lagrimas, me hacia entender que obviamente ya había llorado demasiado, incluso mencionaba que casi estaba segura que había sido asesinado y no volvería a verlo, simplemente aquella mujer solo quería justicia para su hijo, justicia que no había conseguido de las autoridades locales.

Al acabar el acto nos dirigiríamos a una escuela, donde cenaríamos y pasaríamos la noche, por lo que rápidamente llegamos buscando los salones donde nos tocaría dormir, y después de habilitar los salones como nuestro campamento temporal, nos dispusimos a dormir.
Yo tomaba el mate con un colega argentino, cuando de pronto varios organizadores dirigirían a los caravaneros a la parte superior del edificio, y al equipo de prensa nos mandaban a la parte inferior de este, para darnos un importante anuncio.

Al llegar al salón dispuesto para este fin, nos esperaba Javier Sicilia y Emilio Álvarez Icaza, quien nos daría la noticia de que el convoy donde viajaba, junto con Javier, había aplicado un protocolo de seguridad, desplegado armas largas y realizando una formación diamante alrededor de su vehículo; y que esto había sido por que en el tramo de Villa Hermosa a Coatzacoalcos habían reportado la presencia de sujetos encapuchados, cerca de donde hacía poco fuera detenido el asesino de Francisco, hijo de Javier Sicilia.

Pronto descartaron la noticia y los rumores que hablaban de un atentado a la caravana, reiterando que no había pasado nada, y que era la primera vez en los tres recorridos que llevaba la marcha por la paz, donde se había aplicado protocolo similar.

De inmediato y ante la orden de guardar el secreto de esta noticia a los demás caravaneros, decidimos avisar mediante mensajes y correos a nuestros familiares la noticia de que estábamos bien y no había pasado nada, para evitar la probable psicosis del día siguiente, aún así las especulaciones fueron un tema constante en el círculo de periodistas que acampábamos en aquella aula.


                Día 10

Cerca de las 8 salí a caminar un poco y en un puesto de periódicos, un encabezado llamo mi atención, este decía:

“¡EMBOSCAN A SICILIA!

 Grupo armado intenta capturar a Javier Sicilia, líder del movimiento por la paz al dirigirse a Coatzacoalcos proveniente de Villa Hermosa”   

Supe de inmediato que eso no pintaba nada bien y compre un ejemplar, ya al interior del camión y con discreción le comente a algunos compañeros de prensa aquella noticia tan exagerada, la cual comentaríamos en nuestro camino a nuestra siguiente parada: Xalapa.
Sospechábamos que la noticia de la emboscada haría que asistiera más gente a la marcha de Xalapa, y al llegar a la ciudad, no nos habíamos equivocado, no sabíamos si era exactamente por la noticia, pero centenares de personas abarrotaban las calles y varias decenas de personas nos recibían con pancartas de bienvenida a nuestro arribo, pronto bajaríamos a marchar en esta ciudad.

Al llegar a donde empezaría el recorrido de la marcha nos dieron la noticia de descender, así que con cámaras, y grabadoras en mano, descendimos a registrar el evento.
Al paso de la marcha, poco a poco se oscurecía, y al llegar a la iglesia, ya seria de noche, los testimonios y los discursos de los familiares de las víctimas y demás integrantes de la caravana durarían poco más de una hora.

El clima aquí, a diferencia de las demás ciudades era frio, simplemente muchos solo esperábamos la partida hacia nuestro campamento de esa noche.

Poco tiempo después nos llamarían a abordar los camiones que nos llevarían a donde habríamos de dormir, y poco a poco esa plaza abarrotada quedaría desierta ante la partida de la caravana.

Día 11

Ese día en Xalapa, sería el último del recorrido de la caravana por la paz, y para eso habría una conferencia de prensa donde Javier agradecería el apoyo de todos los caravaneros durante el recorrido, así como la foto del recuerdo.

En el auditorio donde nos encontrábamos, podía sentirse un ambiente de nostalgia, pero también habría un clima de satisfacción por haber compartido esa experiencia tan inolvidable. En los rostros de los familiares de las víctimas, era posible ver una expresión de tranquilidad, tal vez el recorrido les había brindado un poco de paz interior, y las experiencias que habríamos tenido durante esos 10 días, serian difíciles de olvidar. El ambiente era casi festivo, y después de una ronda de aplausos y porras, se daría por terminada la que sería la última conferencia de prensa del recorrido. En pocos minutos habríamos de partir hacia la ciudad de Puebla, pero antes de esto aproveche para felicitar a Javier, y pedirle que firmara mi gafete.

Al llegar a Puebla, las calles reducidas y la bella arquitectura de la ciudad serian la única constante del recorrido, aquí notablemente había menos asistencia de gente, básicamente la mayoría, seriamos los integrantes de la caravana, aquellos testimonios serian nuevamente de los integrantes de la caravana que nos acompañaban, el tiempo que pasaríamos en esta ciudad seria escaso, ya que deberíamos dirigirnos a la última parada: el zócalo de la ciudad de México, por lo que con el tiempo contado habríamos de abordar nuevamente los camiones rumbo a nuestra última parada.

Al llegar al primer cuadro de la ciudad todos esperábamos una enorme cantidad de asistentes, pero nuestra sorpresa fue encontrar un zócalo semivacío, donde la gran mayoría de asistentes éramos los que llegábamos. Parecía que el gran recorrido realizado y las historias de tragedia, e injusticias que habíamos vivido, habían pasado de noche por los habitantes de la capital, simplemente esta era la ciudad más desangelada de aquel viaje.
Pronto nos enteramos que momentos antes del arribo de la caravana, en el templete dispuesto para Javier Sicilia y su comitiva, se había subido al mismo el zoquete de Martí Batres, quien hacía poco había sido despedido por el jefe de gobierno; Marcelo Ebrard, por criticar su saludo al Presidente Calderón.

Afortunadamente varios integrantes del SME, y otros asistentes que ya se encontraban allí, lo abuchearon y casi mediante empujones, lo obligaron a bajarse.

Al agruparse la caravana y a pesar de la ausencia de asistentes, nos dirigimos de un extremo a otro de la plaza, pero de pronto el conglomerado de personas cambiaríamos de dirección y daríamos una vuelta completa a la plaza, como si fuera una vuelta olímpica, a pesar de el ambiente tan decepcionante del principio, aún se mantenía un semblante de unidad en todos nosotros, ese seria nuestro último acto como grupo.

Aquel 19 de septiembre se conmemoraban 26 años de la mayor tragedia que había sufrido la capital: el terremoto de 1985.

Ya en la noche se encenderían decenas de veladoras, a manera de antorchas, que, acompañadas de las banderas a media asta, daban un panorama desolador, pocas veces visto en aquella plaza.

La noche ya había llegado a la capital, y las ganas de dormir eran más que elevadas, así que afectuosamente me despedí de quienes fueron mis compañeros de recorrido, y me dirigí rumbo a mi domicilio, llevando conmigo aquella inmensa mochila, que más que mi equipaje, había sido mi compañera, y mi casa ambulante por esos 10 días de recorrido por el sur del país.

En el camino recordaba todas esas experiencias que había tenido, y a las personas que conocí en esos días, sus rostros, sus historias, y todo lo que había aprendido de ellos.
 Después de aquel viaje, que a pesar de ser tan corto y cotidiano, fue el más tedioso de todos, logré llegar a mi casa.

Antes de tocar la puerta para entrar a mi casa, me detuve un momento, y reflexione la fortuna que tenia de haber llegado sano y salvo, y supe que mis padres al otro lado verían a su hijo de regreso.

Entonces recordé las muchas historias de aquellos padres que a diferencia de los míos, no habían tenido esa misma fortuna de volver a ver a sus hijos, simplemente en ese momento supe lo afortunado que éramos, yo por tenerlos a ambos, y ellos por verme de regreso, y no pasar por el viacrucis que significaría no hacerlo.     
Entonces decidí tocar el timbre….  

Muchas veces valoramos en exceso las cosas materiales y nos hacemos las victimas por pequeños problemas tontos sin importancia, Pero pocas veces nos ponemos a pensar que lo que realmente importa, es aquello que ya damos por hecho; pero cuya ausencia  destruiría a nuestra familia: NUESTRA VIDA….
ADO.: